El hombre herido ha sido trasladado en un helicóptero al Hospital Miguel Servet de Zaragoza, que cuenta con una Unidad de Quemados, en estado grave, para evaluar el alcance de las heridas, han indicado fuentes del Gobierno aragonés.
El piso incendiado está situado en un inmueble de dos plantas, que corresponde al número seis de la calle Horno Grande, en el barrio de Huesca, en pleno casco viejo de la localidad. Los cuerpos de las víctimas, que han resultado intoxicadas por el humo, han sido rescatados por los bomberos de la Diputación de Zaragoza que han acudido a la vivienda en torno a las 11.05 horas, a sofocar el incendio, que han dado por apagado poco después.
Las unidades sanitarias desplazadas al lugar del suceso han trabajado en la reanimación del abuelo y sus nietos, que han sido trasladados al centro de salud de la localidad, donde se ha certificado la muerte de los menores.
Fuentes de la Guardia Civil han destacado que el abuelo y los niños eran los únicas personas que estaban en la vivienda, donde al parecer viven con otros familiares. La policía judicial del instituto armado ha abierto una investigación para conocer la causa del incendio, mientras que la autoridad judicial ha decretado el secreto del sumario, según las citadas fuentes.
Se trata de una familia de etnia gitana, según fuentes municipales, que han resaltado que la rápida actuación de la policía local y los bomberos ha evitado que el incendio afectara a otras casas. La vivienda incendiada pertenece a un bloque de pisos situado en la calle Hornos, una de las que forman parte del casco viejo de Ejea de los Caballeros, localidad de más de 15.000 habitantes que es capital de la Comarca de las Cinco Villas.
Ejea de los Caballeros, que celebra este fin de semana su tradicional feria comercial anual, repite con este suceso la consternación con la que recibió esta semana la muerte de José Luis Cerdán, de 70 años, quien murió tras atrincherarse armado con una escopeta durante más de doce horas en su casa.
Este hombre se refugió en la vivienda después de disparar al novio de una hija, al que dejo herido grave, y a un Guardia Civil, que iba a detenerle, y que evitó consecuencias más graves al llevar su chaleco antibalas.
La muerte del anciano ocurrió en el intercambio de disparos que se produjo cuando una unidad especial de la Guardia Civil penetró en la casa para poner fin a la situación, una acción en la que resultó herido en una mano otro agente.