La fundación Save Elephant, que acogió a la elefanta Tikiri, gravemente enferma, y dio a conocer su historia, ha confirmado su muerte. Los responsables del centro no han podido hacer nada por el animal de 70 años, que se encontraba en un estado terrible de salud y extrema delgadez tras ser obligado a desfilar en la festividad de Esala Perahera en Kandy, en Sri Lanka.

"El sufrimiento de Tikiri ha terminado, su alma ahora está libre. No podrán hacerle más daño", ha expresado la fundación en su página de Facebook.

Esta misma fundación hizo pública el pasado agosto la dura realidad de Tikiri como denuncia al maltrato que sufren los elefantes en el país asiático. La elefanta, que tenía 70 años y estaba esquelética, era obligada, junto a otros 59 paquidermos, a desfilar en la procesión vestida con un traje de fiesta que ocultaba su enfermizo estado.

De acuerdo al relato de Save Elephant, los elefantes tenían que trabajar durante diez noches consecutivas hasta altas horas, "en medio del ruido, los fuegos artificiales y el humo". Además, añadían, Tikiri tenía que caminar "muchos kilómetros cada noche para que las personas se sintieran bendecidas durante la ceremonia".

La elefanta, con el disfraz que oculta su estado de desnutrición

"Nadie ve su cuerpo huesudo o su condición debilitada debido a su disfraz. Nadie ve las lágrimas en los ojos, dañados por las luces brillantes que decoran su máscara, nadie ve sus dificultades para andar con las patas esposadas", expresaban desde la fundación.