Silvia Idalia, la mujer de 34 años que quedó ingresada en coma inducido tras someterse a una operación estética hace tres meses, ha fallecido en la madrugada de este domingo, según fuentes del Hospital de la Paz citadas por Efe.

El pasado 29 de abril, la joven fue intervenida en la clínica CEME, una operación tras la que fue dada de alta, pero sufrió una infección y tuvo que ser ingresada días después. La fallecida, que vivía en Palma, se había trasladado a Madrid para la intervención.

Por su parte, un juzgado de esta última ciudad mantieneinvestigados a dos médicos y a la propia clínica por un posible delito de lesiones por imprudencia en este caso. Uno de los cirujanos ya fue condenado por negligencia en el año 2011.

Hablan la abogada de la familia y la clínica

Este domingo, la abogada de la familia de Silvia, Mar de La Loma, ha manifestado a Efe que se une a la "consternación y la pena" de su novio Daniel y los familiares de la joven y ha aseverado que ahora "más que nunca debe llevarse a cabo una investigación rigurosa con las practicas de la clínica CEME".

"No tanto lo ocurrido en el quirófano sino los postoperatorios", ha precisado, incidiendo en que hay otras víctimas. "Son demasiadas coincidencias con consecuencias fatales. Tiene que haber una investigación y tienen que pagar por ello", ha sentenciado.

También en declaraciones a la citada agencia, desde la clínica han lamentado el fallecimiento de Silvia y han recordado el último informe de parte que trasladaron al juzgado. Este concluye que "no se deduce infracción de la lex artis médica en los profesionales sanitarios que atendieron a la paciente hasta su traslado al Hospital La Paz" y detalla que la paciente sufrió una complicación infecciosa denominada fascitis necrotizante .

Esta, según el informe aportado por la clínica, es "excepcional" tras los procedimientos de cirugía plástica, y sus bacterias "no son de adquisición hospitalaria ni transmitidas a partir de personal o el entorno sanitario, sino procedentes de la microbiota (flora) de la paciente".

Destaca además que "puede ser difícil de establecer en las primeras horas o días de su presentación" y subraya que tras la operación la paciente fue atendida por personal de CEME en un hospital, "realizándose exploración de las heridas, tomas de constantes y exploraciones analíticas". Agrega que cuando se detectaron "signos generales de afectación general (sistémica) se procedió a su traslado a un centro de mayor complejidad", lo que ocurrió el 6 de mayo, una semana después de la operación.

El calvario de Silvia tras la intervención

Sin embargo, la familia de la joven viene denunciando que la clínica no dio importancia a los síntomas que tuvo en el postoperatorio. La pareja de Silvia, Daniel Poyato, explicaba a laSexta en mayo que le ofrecieron hacerse un "tres en uno": reducir el pecho, quitar grasa y transferirla a los glúteos. Sin embargo, tras la operación sufrió fiebre, vómitos y dolores muy intensos. En el centro -relataba- les dijeron que aquello entraba "dentro de la normalidad", pero la joven sufrió una septicemia y acabó en la UCI.

Daniel también contó en Más Vale Tarde que Silvia la septicemia era tan grave que "la única manera de combatirla" era "quitar todo el tejido necrosado", por lo que tuvo que someterse a varias cirugías. "Presenta un cuerpo totalmente mutilado, zonas donde no tiene piel ni tejido muscular", indicaba entonces.

"Está devorada", denunciaba posteriormente en junio, cuando la joven llevaba ya más de un mes en coma. "El 30% de su cuerpo está en carne viva", explicaba, denunciando que "esa infección se podía haber detectado a tiempo". Aunque la joven llegó a despertar del coma hace unas semanas, finalmente ha fallecido este domingo.