Un niño de tres años ha fallecido en el municipio pontevedrés de O Porriño tras pasar varias horas olvidado en el interior de un vehículo estacionado al sol en la zona de A Relva, en un día de altas temperaturas.
Fue un particular el que dio la voz de alarma al 112 sobre las 16:50 horas de este jueves, solicitando asistencia sanitaria para un niño, por lo que se dio el aviso a Urgencias Sanitarias, agentes de la Guardia Civil y Policía Local de O Porriño y también se informó a los miembros del Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes e Emerxencias, dependiente del Colegio Oficial de Psicología de Galicia.
Sin embargo, los servicios médicos desplazados por el '061' solo pudieron confirmar la muerte del niño, que estaba dentro del coche. Por su parte, la Guardia Civil ha confirmado el fallecimiento del menor y ha indicado, a falta de la autopsia, que la muerte podría haberse debido a un golpe de calor, aunque la investigación permanece abierta.
Fuentes consultadas por Europa Press han explicado que, al parecer, la madre del pequeño se habría despistado y se dirigió a su puesto de trabajo sin dejar al niño en el centro donde debían cuidarlo. Cuando el padre acudió por la tarde a buscar al pequeño al centro y se dio cuenta de que no estaba, saltaron las alarmas.
El Ayuntamiento de O Porriño decreta tres días de luto
El Ayuntamiento de O Porriño ha decretado tres días de luto oficial y ha decidido suspender las fiestas de Porrigalia, programadas para este fin de semana. Asimismo, el alcalde de O Porriño, Alejandro Lorenzo, ha trasladado a la familia del pequeño, vecinos de ese municipio, en nombre de toda la corporación, "el más sentido pesar y la mano tendida del Consistorio para todo lo que necesiten en estos duros momentos".
Además de la suspensión de las fiestas programadas para este fin de semana, las banderas da Casa Consistorial ondean ya a media asta en señal de luto.
En la Audiencia Provincial de Madrid
La Policía disuelve una pelea entre clanes enfrentados por el asesinato de uno de sus miembros
Las familias que han mantenido la disputa son la del pastor evangélico Joaquín Jiménez y la de sus verdugos. Se han encontrado a las puertas del juzgado donde se celebra una sesión del litigio.