Miriam Pérez, la joven de 29 años con discapacidad a la que se le retiró la pensión el pasado mes de noviembre, falleció el lunes 25 de diciembre por un fallo multiorgánico que le provocó una deficiencia respiratoria.

La joven sufría un 91% de discapacidad desde su nacimiento por un error médico que le provocó una parálisis cerebral. Desde los 15 años cobraba una pensión no contributiva que le permitía a la familia pagar los servicios de fisioterapia junto a los tratamientos y medicinas.

Su historia se hizo eco en redes sociales cuando el Instituto Municipal de Acción Social (IMAS) decidió retirarle la pensión porque su familia superaba la horquilla máxima de ingresos anuales en 600 euros. Asimismo, el organismo les les obligó a devolver 12.000 euros.

Tras la decisión de la retirada de la pensión, la familia comenzó una campaña para denunciar la situación de la joven, con la que ya suman 135.000 firmas. La familia ha asegurado que "la lucha va a seguir adelante, aunque no esté presente".