El nombre de Manuel Charlín Gama, patriarca de uno de los históricos clanes del narcotráfico gallego, el de Los Charlines, que ha muerto a los 89 años en su casa familiar de Vilanova de Arousa (Pontevedra), al no poder recuperarse de una caída doméstica, saltó en 1990 a los medios de comunicaciones a raíz de la "operación Nécora", desarrollada por el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.
Este fue el primer gran golpe asestado contra las bandas del narcotráfico arousano que operaban en las rías gallegas. Detenido en julio de aquel año, fue sin embargo absuelto dentro de este macroproceso (2004), pero no le faltaron condenas.
Histórico contrabandista, ya conocía la cárcel, donde cumplió pena entre 1982 y 1985, y retornó a ella en 1987, donde estuvo recluido tres años más. Su primera sentencia importante llegó sin embargo en 1999, cuando la Audiencia Nacional le condenó a 20 años de cárcel por organizar el transporte en barco de 600 kilos de cocaína desde Colombia hasta las costas de Galicia.
En febrero de 2003 fue igualmente condenado, junto a otros trece miembros del clan, a 15 años de cárcel y al pago de una multa de 2.916.000 euros por los delitos de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico y fraude fiscal. En 2007 el Tribunal Supremo rebajó de 15 a 13 años la pena impuesta al retirarle uno de los delitos contra la Hacienda Pública por el que había sido condenado.
Continuó en prisión hasta el 17 de julio de 2010, fecha en la recuperó la libertad gracias a la nueva doctrina del Tribunal Constitucional que hizo posible la refundición de las penas cuando se cumplen dos o más condenas. Tenía entonces 78 años y había pasado veinte años ininterrumpidos en la cárcel. Dos días después, se vio sin embargo obligado a comparecer de nuevo ante la Justicia.
Imputado por un delito de blanqueo de capitales, el patriarca tuvo que responder de ello, en el marco de la "Operación Repesca", dentro de la cual fueron detenidas un total de 14 personas, seis de ellas miembros del "clan". El patriarca quedó sin embargo en libertad tras depositar una fianza de 30.000 euros.
En octubre de 2010, se inició en A Coruña la subasta de un primer paquete de bienes decomisados a la red "Charlines" entre los que se encontraba el pazo "Vista Real", situado en Vilanova de Arousa (Pontevedra), a cuyo ayuntamiento fue adjudicado.
Los bienes provenían de la sentencia de 2003 y en diciembre de 2010 ya habían sido adjudicados 23 bienes por valor de dos millones de euros. El 14 de octubre de 2011, Charlín Gama fue detenido en Vilagarcía de Arousa acusado de un delito de abuso sexual a una menor de edad.
Al parecer, el patriarca del clan, que tenía entonces 79 años, convenció a la menor para que fuera con él a un piso, donde, según la denuncia, estuvo dos días, y le hizo regalos al tiempo que abusaba de ella.
Ese mismo mes, fuentes judiciales informaron de que Charlín Gama debería pagar unos 3 millones de euros a la Agencia Tributaria antes de 2012 si quisiera conservar el chalet de Calago.
El 8 de agosto de 2018, el histórico narcotraficante, su hijo Melchor Charlín, y otras catorce personas fueron detenidas en el marco de un macro operativo de la Policía Nacional desarrollado en distintos puntos de Galicia.
Charlín fue puesto en libertad con cargos y sin ninguna medida cautelar, dos días después, acusado de pretender introducir, supuestamente, un cargamento de cocaína en Galicia.
Son numerosas las causas asociadas a su nombre: prisión provisional por el asesinato de Manuel Baúlo y excarcelamiento bajo fianza, veinte años por el alijo de 600 kilos de cocaína del Halcón II, otros 13 por blanqueo de capitales, entre otras.
Y, pese a su avanzada edad, todavía tenía ahora cuentas por saldar: en concreto, un supuesto delito de blanqueo por el que están siendo investigados algunos de sus hijos.
Una secuencia inolvidable
Se cumplen 40 años de la fuga de 'El Vaquilla', una de las huidas más sonadas de la historia de España
El contexto Juan José Moreno Cuenca, más conocido como 'El Vaquilla', logró escapar de una prisión de Lleida con otros cinco reclusos amenazando con objetos punzantes a los funcionarios.