Lindsey Bone, una joven de Inglaterra, comenzó una estricta dieta para perder peso rápidamente. Con el fin de conseguir su objetivo estaba dispuesta a hacer todo lo que fuera necesario, incluso a poner su salud en riesgo.

Durante varias semanas, esta universitaria de 20 años apenas comió y tomó vinagre a cucharadas.

Su estado de salud empeoró rápidamente

Poco a poco, Lindsey se fue debilitando, se fue encontrando cada vez peor hasta que una noche se acostó y ya nunca más se despertó. Sus compañeros de piso la encontraron muerta.

Entre sus pertenencias personales hallaron, entre otras cosas, medicamentos para adelgazar y también un diario. En él había anotaciones sobre lo que comía y apuntes con indicaciones en los que se podía leer "no comer más de 1.200 calorías al día" o tomar "maldito" vinagre de manzana.

El novio de Lindsey Bone reveló a los investigadores que llevaba varios meses ansiosa. Contó que desde que el padre de la joven falleció ella había estado tomando antidepresivos y medicamentos para la ansiedad.

Su madre quiere evitar más casos así

Los hechos ocurrieron en abril, pero el entorno de Lindsey Bone sigue buscando todavía explicaciones a su muerte. Su madre recuerda que "era una persona maravillosa" y pide a otras jóvenes que tengan "cuidado" y eviten caer en situaciones similares. En declaraciones recogidas por Metro lanza un mensaje de advertencia para evitar que haya más casos como el de su hija.

Los expertos insisten en que las dietas milagro que suponen reducir drásticamente las calorías o cambiar la comida por infusiones tienen graves riesgos. El efecto rebote está prácticamente garantizado y, lo que es peor, pueden dañar el corazón o el hígado.