La autopsia practicada en el Instituto de Medicina legal de Oviedo, tras el hallazgo del cadáver viene a confirmar las sospechas de la Guardia Civil, ya que el cuerpo fue encontrado en la cama, junto a restos de vómitos y algunas hojas de tejo a su alrededor.
Al parecer, la joven, estudiante de medicina en Letonia, disponía también de información sobre la peligrosidad que entrañaba la ingestión de sus hojas, han señalado las mismas fuentes. En principio, la Guardia Civil ha dado por finalizada la investigación y no tiene previsto abrir nuevas diligencias al no haber constancia alguna de que se trate de una muerte violenta y sí que haya podido ser por propia voluntad o por una ingesta accidental.
El tejo o texu es una especie conífera que en Asturias y Cantabria suele plantarse junto a iglesias, ermitas o cementerios por su gran longevidad, ya que puede vivir miles de años. Considerado un árbol sagrado por los pueblos celtas, sus hojas, corteza y bayas también eran utilizadas en la antigüedad como veneno ya que su consumo provoca, además de náuseas, parada respiratoria y cardiaca.
El cuerpo de la joven, que llevaba poco tiempo residiendo en Asturias, fue localizado en una vivienda de Eros-Salcedo en la que vivía con una familia de origen danés que estaba de viaje por Cataluña.