Un hombre ha muerto en Badalona (Barcelona) tras recibir la descarga de una pistola eléctrica táser por parte de los Mossos d'Esquadra y ser después inmovilizado por los agentes.

Según ha confirmado la policía catalana, los hechos ocurrieron el pasado 26 de noviembre al mediodía, cuando una familia avisó a los Mossos d'Esquadra que su hijo los estaba amenazando "con cuchillos".

Los agentes accedieron al domicilio de la familia por la vivienda de un vecino, ya que el hijo supuestamente había bloqueado las entradas. Los Mossos d'Esquadra han asegurado que los agentes utilizaron la pistola táser "por bien de la familia y los mossos presentes" para reducir al hombre que, tras caer al suelo, también fue inmovilizado.

El hombre fue trasladado al hospital, donde falleció 24 horas después por un paro cardíaco, y aún se está pendiente de la autopsia para determinar las causas de la muerte. Las mismas fuentes han remarcado que la táser se utilizó "siguiendo los protocolos", puesto que los agentes le avisaron de que la utilizarían y el hombre no cesó sus amenazas.

Las pistolas táser están permitidas en Cataluña para ayudar en reducciones complejas de una persona en caso de que exista riesgo para los agentes, los propios afectados o terceras personas, y llevan incorporados sistemas de grabación.

El Síndic de Greuges abre una investigación

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha abierto una investigación de oficio para determinar si la policía autonómica actuó correctamente en la detención. El defensor del pueblo catalán ha informado de que ha pedido al Departamento de Interior toda la información y poder conocer los resultados de la investigación interna que se está llevando a cabo.

De momento, el Síndic ya ha obtenido información puntual de los responsables del Departamento de Interior y se ha dirigido a la Dirección General de la Policía para pedir una copia de la investigación que se ha llevado a cabo y las conclusiones que se desprenden, entre otros.

El Síndic de Greuges ya abrió una actuación de oficio en noviembre de 2020, a raíz de la reducción con una pistola eléctrica de una chica en la entrada en un centro médico. En aquella ocasión, el Síndic concluyó que la decisión de hacer uso de la táser se ajustó a lo que establece el protocolo sobre las situaciones en las que se pueden utilizar estos dispositivos porque existía un riesgo para la integridad física de la persona afectada y de terceras personas o de los agentes, pero también concluyó que la descarga eléctrica "no fue adecuada ni ponderada".