Ola de calor

Muere un hombre de 85 años por las altas temperaturas en Badajoz

El contexto Es el segundo caso que se registra este verano en Extremadura, después de otro hombre falleciera a principios de julio en Cáceres como consecuencia de las altas temperaturas.

Ambulancias junto al Hospital Perpetuo Socorro de Badajoz (archivo)
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El calor se cobra una víctima mortal en Badajoz. Un hombre de 85 años de la localidad pacense de Torremayor ha fallecido allí este lunes, en el Hospital Perpetuo Socorro, a consecuencia de las altas temperaturas, según ha informado la Junta de Extremadura. Es el segundo caso que se registra este verano en la comunidad autónoma, después de otro hombre, de 67 años y perteneciente al Área de Salud de Plasencia, en Cáceres, falleciera a principios de julio.

Toda la provincia está este lunes en alerta por la ola de calor que afecta a buena parte de España. En este contexto, el Servicio Extremeño de Salud (SES) ha recordado a la población que la exposición a temperaturas excesivas puede provocar alteraciones en el funcionamiento del organismo como consecuencia de la pérdida de agua y electrolitos.

La afectación a la salud puede ir desde calambres, mareos, cefaleas, deshidratación e insolación hasta el golpe de calor, el efecto más grave al poder presentar daño multiorgánico, convulsiones e incluso coma.

Las personas mayores y los menores son más sensibles a los cambios de temperatura, y, en las personas con determinadas enfermedades crónicas sometidas a tratamientos médicos o con discapacidades que limitan su autonomía, los mecanismos de termorregulación pueden verse descompensados, según advierte el SES.

La población especialmente susceptible ante situaciones de calor excesivo son los mayores de 65 años, los menores de cuatro años, las embarazadas, las personas con enfermedades crónicas, con trastornos de la memoria o las que reciben ciertos tratamientos como diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes.

El SES aconseja a la ciudadanía evitar la exposición al sol en las horas centrales del día; beber abundantes líquidos, sobre todo agua y zumos de fruta refrigerados, sin esperar a tener sed; evitar comidas copiosas y no abusar de bebidas alcohólicas.