Un tumor cerebral maligno obligó a operar a Gabriel Marshall, un niño de Kansas, y tras pasar por el quirófano al pequeño le quedó una gran cicatriz en la cabeza. Para animar al menor, su padre -Josh- decidió hacerse en la cabeza un tatuaje igual que la cicatriz de Gabriel.
El caso de los Marshall se volvió rápidamente viral y dio la vuelta al mundo consiguiendo multitudinarios apoyos. Ahora, después de que Josh haya hecho pública, a través de las redes, la muerte de su hijo, el fallecimiento ha conmocionado a miles de personas.
"Estoy destrozado, no solo he perdido a mi hijo, sino que también he perdido a mi mejor amigo", ha dicho en padre en Facebook. Además, ha añadido que "Gabriel ha sufrido muchos dolores en la última semana y estos días han sido un infierno"
Josh Marshall también ha explicado cuáles fueron las últimas palabras del niño: "Papa, mi vida es una mierda". Una frase con la que, según ha dicho Josh, está totalmente de acuerdo. Para acabar, el padre ha dado un sentido adiós a su hijo: "Te quiero compañero".
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