Bull se encontraba en el cuarto de baño cuando conectó el cargador de su teléfono iPhone a la corriente y lo dejó apoyado en su pecho mientras lo utilizaba. El cable del cargador entró en contacto con el agua dando lugar a una fuerte descarga eléctrica, que provocó graves quemaduras en la victima, según ha informado 'The Sun'.

El cadáver lo encontró su mujer Tanya, que al descubrir a su marido muerto en la bañera pensó que había sido atacado por un intruso debido a las múltiples heridas que le había ocasionado la descarga en el pecho, el brazo y la mano.

El médico forense que acudió al lugar de los hechos, el Dr. Seam Cummings, anunció que escribiría a Apple para advertir de los peligros que pueden causar sus productos a los usuarios.

El hermano de la victima, muy sobrecogido por la noticia, describió la muerte como un accidente innecesario: "Todos podemos despistarnos a veces". Por su parte, la madre, destrozada por lo sucedido, quiso advertir a los adolescentes "que no pueden separarse de sus teléfonos" del peligro de cargar los móviles cerca del agua.