El confinamiento de marzo separó a Fátima de su hermana Lidia. Ese mismo mes le contó, por teléfono, que sentía mal y que no terminaba de curarse. "Empezó con vómitos, diarrea.. la orina empezó a ser oscura en abril y mayo, pero su médica de cabecera le decía que era gastroenteritis o nervios. En ningún momento de manera presencial", explica Fátima a laSexta.

Fátima incluso guarda algún audio en el que la propia Lidia le describía cómo se sentía:"Estoy agotada de dormir, ¿sabes? Y no puedo con mi alma, tanto haber vomitado en tan poco tiempo".

Hasta junio, según Fátima, no la vio ningún médico de forma presencial. Hasta entonces, denuncia la familia de Lidia Bayona, todo había sido consultas telefónicas. Fue, dicen, cuando le hicieron una primera analítica y le acabaron detectando dos tumores muy agresivos. Lidia ingresó en el hospital pero en julio, finalmente, murió. "La negligencia está en no haberla atendido antes, con sus síntomas, de forma presencial. El cáncer dio la cara de forma dura, mi hermana ha sufrido muchísimo", añade Fátima sin poder evitar emocionarse. Por su parte, la Junta de Castilla y León va a abrir una investigación.

Un caso que suma al de Sonia Sainz-Maza, que también murió en agosto de cáncer tras esperar tres meses que su médico de cabecera le diera una cita presencial.