Loscalendarios de adviento se han convertido en una de las tradiciones más esperadas. Una costumbre que ha cambiado mucho desde sus orígenes, y es que a pesar de que en un primer momento estaba más asociado al chocolate, cada vez podemos encontrar una mayor variedad de ellos.

Las marcas aprovechan la llegada de la Navidad para comenzar a lanzar algunos calendarios de adviento personalizados con sus productos. De esta forma, es habitual que ya podamos encontrar alguno centrado en nuestros gustos.

Bebidas, perfume o sobres de té, todo es susceptible de entrar en un calendario de adviento. Sin duda, una iniciativa que ha provocado que se conviertan en un gran regalo que hacer en estas fechas. Entre ellas, podemos encontrar grandes marcas como Dior.

Para los amantes de las especias, marcas como Just Spice han decido sacar un calendario en cuyo interior podremos encontrar diferentes muestras de esta marca, haciendo que puedas condimentar las comidas navideñas cada día con un sabor distinto.

Existe un tipo de calendario para cada uno de los miembros de la familia, incluidas las mascotas. Podemos encontrar de Marvel o Funko Pop e incluso de quesos o cervezas. Además, si no dan con el suyo, calma, porque los hay también personalizables para rellenar con lo que se quiera.

Qué es el adviento y cuál es el origen

Como todo lo que tiene que ver con estas fechas, el origen del calendario de adviento es religioso. Primero hay que partir del concepto de adviento: el adviento es el arranque del año litúrgico cristiano y es el tiempo de vigilia, de preparación para el nacimiento de Cristo.

El adviento está integrado por los cuatro domingos más cercanos a la Navidad, por lo que puede llegar a durar entre 22 y 28 días. En 2022, por ejemplo, el adviento arrancó el 27 de noviembre, exactamente cuatro semanas antes del domingo 24 de diciembre, Nochebuena, víspera de la Navidad, por lo que este año el ciclo del adviento dura 28 días.

Una costumbre alemana que se ha ido expandiendo al resto del mundo. Todo comenzó en el siglo XIX, cuando los protestantes alemanes marcaban los días del adviento encendiendo una vela por día, pero también marcando ventanas o puertas con una raya de tiza cada día.

El primero impreso se le atribuye a la compañía Reichhold & Lang, de Múnich, gracias a la idea de Gerhard Lang quien, siendo niño, pegaba 24 dulces en su calendario para contar los días que faltaban hasta Navidad. Ya de adulto, a cargo de la empresa Reichhold & Lang, imprimió su primer calendario de adviento de cartón, con pequeñas ventanas que escondían pequeños regalos.

Sin embargo, decidió cerrar poco antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Tras esto, fue Richard Sellmer, desde Stuttgart, el que decidió recuperar esta tradición, exportándose en la década de los 50 a Estados Unidos y convirtiéndose en la empresa estrella de estos productos.