Una muestra más de que el amor de los animales es incondicional es Moose, un labrador de tres años que después de que falleciese su dueño continuó días sentado frente a la cama que tenía en el hospital, esperando a que regresara.

El can se mantuvo allí varios días hasta que fue recogido por la ONG 'Eleven Hour Rescue', que se ha encargado de buscarle una nueva familia.

La asociación 'North Star Pet' anunció que el can había logrado conseguir una nueva familia el pasado 22 de junio, después de viralizarse la triste imagen que mostraba su afecto hacia su antiguo dueño.