Ulrikke Hoyer es una joven modelo, natural de Dinamarca, con una prometedora carrera en el mundo de la moda. Con tan solo 20 años ha desfilado para prestigiosas marcas de moda como Stella McCartney, Chloé, Valentino, Versace o Hugo Boss.

Además, ha colaborado con revistas como Dazed & Confused Magazine, Vogue o Elle durante varias campañas publicitarias. Pero parece que la industria de la moda no tiene límites. Así lo habría demostrado una vez más Louis Vuitton. Según la modelo, la marca le impidió desfilar en Kioto por considerar que estaba "demasiado gorda", palabras que ha usado en su cuenta de Instagram.

La joven modelo ha recibido el apoyo de todo el mundo en las redes sociales que en su perfil de Facebook ha ofrecido una versión más completa de los sucedido en la que ha declarado que "ser modelo no es tan fácil y maravilloso como todo el mundo cree".

Este es el mensaje que escribió en forma de denuncia:

"Acabo de volver de Tokio, en Japón, donde Louis Vuitton ha realizado un bello desfile de crucero en Kioto, pero yo nunca llegué a asistir porque cancelaron mi participación debido a que estoy 'demasiado gorda' (tengo una talla 34-36). Alexia, la agente de casting de Ashley Browak, una potente directora de casting en el mundo de la moda, me dijo que hubo problemas durante las pruebas. Según ella, tengo 'una tripa muy hinchada', 'la cara hinchada' y me instaron a morirme de hambre.

Me levanté a las dos de la mañana y tenía muchísima hambre. El desayuno empezaba a las 6:30, y yo comí lo mínimo. Tenía miedo de encontrarme con Alexia, pero por suerte no llegó hasta las 8, cuando ya se habían llevado el plato de la mesa. Nos saludó a mí y a las otras chicas y me miró, después miró hacia la mesa, no había ningún plato, y me volvió a mirar. Estaba comprobando si había comido algo.

A las 7 de la tarde mi agencia base me llamó desde Dinamarca para darme malas noticias y contarme que Louis Vuitton había decidido cancelar mi participación en el desfile sin hacer la segunda prueba y que me mandaban de vuelta a casa. No solo tenía barriga y mi cara estaba inflada, ahora mi espalda también era un problema.

Afortunadamente tengo 20 años y una trayectoria en deportes de élite y no ser una chica de 15 años, que son nuevas en esto y no tienen seguridad en sí mismas, porque no me cabe duda de que habría acabado muy enferma y arrastraría muchas cicatrices en mi vida adulta".