La misa no se detiene ni 70 días después. La familia lleva refugiada en la iglesia casi 1.700 horas y aquí han pasado las navidades y afirman que permanecerán con su maratoniana ceremonia hasta que pueda quedarse legalmente en Holanda.

Esta iglesia protestante de la Haya les ha acogido para evitar que los echen del país.

"Estamos muy contentos por todo el apoyo que han mostrado", ha comentado una de los miembros de la familia armenia.

Según la ley holandesa las autoridades no pueden irrumpir en un lugar de culto mientras esté en marcha una ceremonia religiosa.

"Aquí son bien recibidos", ha dicho el párroco de la iglesia. Y a ese resquicio legal se han agarrado para evitar que la orden de deportación definitiva que emitieron las autoridades el pasado 20 de diciembre se haga efectiva.

Algo que también han hecho esta otra iglesia de Washington, Estados Unidos, donde Rosa una inmigrante salvadoreña ha encontrado asilo paradójicamente a tan solo 14 kilómetros de la Casa Blanca. "Damos la bienvenida a Rosa", comentan los feligreses de la parroquia.

Aunque legalmente en Estados Unidos sí que pueden llevar a cabo una detención en una lugar religioso, no suelen hacerlo por tratarse de "lugares sensibles"

"La administración Donald Trump yo recibí un grillete en el pie..." ha comentado Rosa.

Tras 13 años en Estados Unidos, esta madre soltera de tres hijos espera que no le obliguen a volver al país de donde huyó por la violencia.