No solo religiosos, sino familias al completo con niños pequeños se acercan a Misuri, en Estados Unidos, para verla en persona. Pueden tocarla, algunos incluso hasta la besan y otros aprovechan para rezar a su lado. Es el curioso milagro, aseguran, de la hermana Wilhemina Lancaster. Su cuerpo está prácticamente intacto a pesar de llevar cuatro años muerta. Así la encontraron las monjas del monasterio cuando la exhumaron.
Llevaba enterrada allí desde 2019, cuando falleció con 95 años, en un ataúd de madera que además tenía una grieta en el medio. No estaba embalsamada y eso es lo que ha sorprendido a la comunidad religiosa. "En el mundo católico lo consideramos un verdadero milagro", explican desde Misuri, mientras el profesor de Religión David Freeman asegura que este fenómeno "no es habitual ni con cuerpos embalsamados".
Tal ha sido el hallazgo que este monasterio de un pequeño pueblo rural de Misuri se ha convertido en lugar de peregrinación. Unas mil personas acuden a diario para ver a la hermana Wilemina Lancaster, cifra que el fin de semana llega a alcanzar las 15.000 visitas solo en un día. Un sorprendente caso que va a ser investigado por la Iglesia.