Una inmigrante ha dado a luz en la patera en la que viajaba junto a otras 90 personas por el Mediterráneo, pero la embarcación fue interceptada por guardacostas libios y devuelta al país magrebí, denunció la ONG italiana Mediterranea.

La patera estaba a 52 millas (unos 82 kilómetros) al norte de la ciudad costera libia de Misurata y en ella había unos 95 migrantes, entre esos 20 mujeres y ocho niños, confirmaron a Efe fuentes de la ONG Mediterranea, presente en la zona con su barco Mare Jonio.

La mujer dio a luz a un bebé durante la travesía, ayer viernes, y en el barco precario había además unos seis cadáveres, según se pudo constatar "con prismáticos" desde la Mare Jonio.

La portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Safa Msehli, ha confirmado en las redes sociales que la mujer dio a luz en un bote neumático y que la embarcación precaria fue "interceptada y devuelta a Libia".

El buque salvavidas Mare Jonio recibió la alerta de esa patera y puso rumbo durante varias horas en el Mediterráneo central para poder rescatar a sus ocupantes, sin embargo los guardacostas libios llegaron una hora antes y se hicieron cargo de la intervención.

Nadie debería ser devuelto a Libia, menos quien nace en la desesperación en medio del mar"

Carlotta Sami (ACNUR)

La nave italiana les ofreció ayuda pero la desoyeron. Desde la organización, Mediterranea Saving Humans, lamentan la devolución de esa patera con un neonato a Libia, un país en el que, sostienen, se violan los derechos humanos pues está sumido en la violencia desde la caída del dictador Muamar el Gadafi en 2011.

La portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Carlotta Sami, opinó que "nadie debería ser devuelto a Libia y mucho menos quien sufre el destino cruel de nacer en la desesperación en medio del mar".

Las organizaciones humanitarias y activistas critican el acuerdo de 2017 entre Italia y las autoridades de Trípoli para contener el flujo migratorio a través del Mediterráneo central y por el que Roma ha dotado y entrenado a los cuestionados guardacostas libios.

El ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, viajó esta semana a Trípoli y a su regreso adelantó que el acuerdo será modificado para garantizar la salvaguardia de los derechos humanos.

En el Mediterráneo central opera además el buque Ocean Viking, de la ONG francesa SOS Mediterranée, que lleva a bordo 118 personas después de dos rescates en aguas cercanas a Malta e Italia.

Otra nave, la Alan Kurdi de la ONG alemana Sea Eye puede volver a navegar desde ayer después de estar bloqueado por las autoridades italianas en el puerto de Palermo (sur) desde el 5 de mayo y ha puesto rumbo hacia el oeste, hacia España.