"En vista de que ya no puedo hacer otras cosas he decidido venir aquí a vivir", señala Francisco ante las cámaras de laSexta. Es el relato de una situación inusual derivada de los escasos recursos económicos con los que cuenta.

Hasta hace unos meses, Francisco vivía junto a su pareja en una vivienda de protección social pero su situación sentimental cambió y, con ella, también su modo de vida. Lo hizo a peor: vive con apenas un colchón y unas mantas en un cuarto de contadores de escasos metros cuadrados.

"Me he habituados a esto. Y con la humedad que hay en este cuarto pues ya te puedes imaginar", apunta Francisco. Asegura que su pensión mensual de 380 euros por invalidez le impide permitirse una opción más habitable.

Para la consellería de Vivienda, Francisco aún figura como cohabitante de una vivienda de protección social y desde el Ayuntamiento de Alzira aseguran que acaban de ser conscientes de la situación de Francisco y que su intención es ayudarle a salir de ella. "Tiene una vivienda junto a su pareja y ahora está en el puesto número siete en el orden de prioridades de la Generalitat valenciana", apunta Diego Gómez, alcalde del municipio valenciana.

Francisco asegura que, si su situación no cambia, no descarta okupar un inmueble para vivir dignamente.

La vida de Rosario y su hijo en un trastero: fue desahuciada y es lo único que puede pagar

Los 50 euros que le cuesta el alquiler es lo único que puede pagar Rosario. Su hijo y ella duermen cada noche en un colchón hinchable que instalan en el descansillo de los trasteros.