Al menos nueve personas han muerto y otras 40 permanecen desaparecidas tras el derrumbe parcial de un bloque de viviendas en la localidad rusa de Magnitogorsk, en la zona de los Urales, según el último balance ofrecido este lunes por el portavoz del gobierno de la provincia de Cheliabinsk, Dimitri Fedechkin.
"Según los datos correspondientes a las 13.00 hora local, hay cuatro víctimas mortales y 16 evacuados, entre ellos siete niños", ha indicado el portavoz, que ha precisado que "cuatro personas, incluidos dos menores, fueron hospitalizadas".
El vicegobernador de la provincia de Cheliabinsk, Oleg Klimov, ha detallado que la explosión de gas podría haberse producido en la segunda planta del edificio. Además, se sospecha que la mayoría de los vecinos se encontraban fuera de la vivienda, ya que es un día festivo.
Los servicios de emergencia locales han informado de que una de las tres personas rescatadas era un menor y que todas han sido trasladadas a un hospital. En total han sido destruidas 35 viviendas, en las que hay registradas 110 personas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado al ministro de Emergencias, Evgueni Zinichev, que viaje hasta Magnitogorsk, donde se ha producido el suceso. "Por la orden del presidente ruso, Vladimir Putin, el ministro de Emergencias, Evgueni Zinichev, toma el avión a Magnitogorsk", ha indicado el Kremlin.
Además, el mandatario ha solicitado a la ministra de Salud, Veronika Skvortsova, que tome "todas las medidas posibles para proporcionar ayuda a los heridos y a los familiares de los muertos en el accidente de Magnitogorsk". Más de 190 miembros de los servicios de emergencias han sido trasladados hasta el lugar.
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