El portavoz de la
organización, Mojtaba Jaledí, explicó a la agencia oficial IRNA que hasta ahora
los equipos de rescate han recuperado los cuerpos de ocho hombres y una mujer,
que formaban parte de la tripulación del aparato siniestrado.
En el Boeing-707
viajaban un total de 16 personas, una de las cuales, un ingeniero de vuelo,
sobrevivió pero se encuentra hospitalizado en estado crítico. Jaledí lamentó
que lo más probable es que el resto de ocupantes del avión hayan muerto, aunque
todavía sus cuerpos no han sido hallados.
Los equipos de rescate
se trasladaron inmediatamente al lugar del accidente, en las proximidades del
aeropuerto Fath de Karag, y buscan todavía a las otras posibles víctimas. El
Boeing-707 realizó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto Fath, pero el
piloto no pudo controlar el avión en la pista, según una fuente de la
Organización de Aviación Civil de Irán.
El aparato se incendió
tras estrellarse contra un muro del aeropuerto, adyacente a una zona
residencial, donde en principio no se registraron víctimas ya que la vivienda
afectada se encontraba vacía. El avión siniestrado transportaba carne desde la
ciudad de Bishkek, en Kirguistán, informó el Ejército iraní en un comunicado.
Los accidentes de avión son relativamente frecuentes en Irán debido a que la flota aérea se encuentra obsoleta a causa de las sanciones internacionales. El siniestro más grave ocurrido recientemente tuvo lugar en febrero del año pasado, cuando se estrelló un ATR-72 de la aerolínea iraní Aseman en una zona montañosa del centro de Irán, causando la muerte a los 59 pasajeros y los seis miembros de la tripulación que viajaban a bordo.