León, en llamas

Las Médulas, un Patrimonio de la Humanidad reducido a cenizas: el CSIC y los vecinos llevan años denunciando la dejadez de la Junta de Castilla y León

El contexto Las llamas arrasan desde este fin de semana este paraje de arenas rojizas rodeadas de lagunas, castaños y robles centenarios considerada como una de las mayores obras de ingeniera de la antigüedad.

El antes y el después de Las Médulas (León) tras el imparable incendio.
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Las llamas arrasan Las Médulas, en León, tal y como se observa en las imágenes sobre estas líneas, en las que también se pueden ver antes de que llegara el fuego. Declaradas Patrimonio de la Humanidad desde 1997 son la mayor mina de oro a cielo abierto de la época romana.

También consideradas como una de las mayores obras de ingeniería de la antigüedad, la extracción de oro dejó estos paisajes de arenas rojizas rodeadas de lagunas, castaños y robles centenarios. En definitiva, un entorno paisajístico de un valor incalculable que ha quedado arrasado.

Situación que ha dejado a los vecinos y a las instituciones del lugar preocupadas, puesto que los castaños, que "han quedado todos arrasados", son el "modo de vida que tiene" mucha de la gente de la zona, ha relatado una vecina. Unos castaños centenarios que no se atreven a vaticinar "si se podrán salvar una docena", explica el teniente de alcalde de Carucedo, Carlos Gómez.

Precisamente, este municipio que antes de las llamas contaba con una paisaje verde convertido en lo que "parece una montaña de carbón", ya ha solicitado que se declare como zona catastrófica.

Desde hace unos años tanto el CSIC como organizaciones vecinales critican la gestión por parte de la Junta de Castilla y León de este paraje natural. Y es que "con limpiezas y tratamientos se pueden reducir muchos problemas", advierte en conversación con laSexta, el ingeniero forestal y vocal del Colegio de Ingenieros Forestales, Federico Grillo.

La falta de protección, el exceso de turismo sin control ni planificación y el mal estado de los accesos son motivos que han dejado al descubierto la fragilidad de este enclave. De hecho, Grillo subraya que la "parte un poco más delicada la vamos a encontrar en las zonas de los bosques centenarios", aunque considera "que sea la totalidad del arbolado" la afectada. Al menos, una mínima esperanza debido al imparable avance del fuego que ya ha calcinado más de 1.500 hectáreas.