Los médicos han interrumpido este lunes por la mañana los cuidados que mantenían con vida a Vincent Lambert, un enfermero francés en estado vegetativo desde hace más de 10 años, que se ha convertido en el símbolo de un apasionado debate en Francia sobre la muerte digna, tras una feroz batalla legal entre sus familiares que se ha prolongado durante seis años.

Lambert quedó tetrapléjico y en estado vegetativo tras sufrir un accidente de tráfico en 2008, sin haber dejado testamento vital. Sus padres y dos de sus hermanos se oponen de lleno a la interrupción de su tratamiento, mientras que su esposa y otros hermanos del paciente, de 42 años, sostienen que él así lo habría querido. Por este motivo llevan años enfrentados en los tribunales, que han terminado por dar la razón los segundos.

Según informó su médico en el Hospital Sébastopol de Reims, Vincent Sanchez, esta mañana se inició la interrupción del tratamiento, apagando las máquinas encargadas de su nutrición e hidratación y comenzando la "sedación controlada, profunda y continua" del paciente, a quien asimismo se le administrarían analgésicos, "por precaución".

"Es una vergüenza, ni siquiera han podido abrazar a su hijo", declaró por su parte Jean Paillot, abogado de los padres. "¡Monstruos!", gritó por su parte desde el coche la madre de Vincent, Viviane Lambert.

Sanchez, jefe de Cuidados Paliativos del mencionado centro hospitalario, informó a la familia de que desconectaría a Vincent el pasado 10 de mayo, después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos rechazara un recurso de los padres para impedir el cese del tratamiento, que a su vez había sido autorizada por el Consejo de Estado francés.

Sin embargo, los padres recurrieron de nuevo, esta vez ante un comité de la ONU, que pidió frenar la desconexión del paciente hasta tomar una decisión. Sin embargo, Francia comunicó poco después que no esperaría a su dictamen.

Los progenitores del hombre denuncian que se está llevando a cabo "una eutanasia encubierta" -que en Francia es ilegal- y han llegado incluso a escribir una carta al presidente galo, Emmanuel Macron, que no se ha pronunciado sobre el caso. Este mismo lunes, coincidiendo con la interrupción del tratamiento, sus abogados han anunciado nuevos recursos, incluyendo una denuncia contra el doctor Sanchez.

Aunque la Justicia ha dado repetidamente la razón a Rachel Lambert, su mujer y tutora legal, que defendía acabar con lo que considera "un encarnizamiento terapéutico", el caso ha encendido el debate sobre la muerte digna en el país vecino.

Así, al menos un centenar de personas se manifestaba este lunes frente al hospital donde se iniciaba el proceso que llevará a Vincent a la muerte, previsiblemente, en las próximas horas.