Tony y Faith Williams tenían 86 y 87 años, respectivamente. Ambos residían en una casa en Gales donde vivieron los últimos 30 años de sus vidas. Los cuerpos fueron encontrados en el jardín de su casa cuando vecino acudió a verlos al ser alertado por la hija de ambos, que estaba preocupada porque no contestaban el teléfono.
Encontraron a Tony con la cabeza sobre un almohadón y a Faith a su lado. La escena desconcertó a la Policía hasta que la autopsia reveló lo sucedido.
Tony tropezó mientras fumigaba, fracturándose varias costillas, mientras que Faith sufrió otra caída de consecuencias mortales al intentar ayudarlo.