Claudia Bonales estudia asignaturas de 2º y 3º del Grado de Matemáticas en la Universidad Autónoma de Madrid. Se acerca a nosotros para echarnos una mano y explicarnos por qué ahora las mujeres son solo el 36% de los matriculados en Matemáticas, cuando en 1990 eran el 51%. Dale al play a este vídeo de laSexta Noticias si quieres saber qué ha pasado.

"Ahora quienes se matriculan en Matemáticas entran con ganas de comerse el mundo, de estar en la empresa...", nos dice. Mientras que en los 90, la carrera se estudiaba con una finalidad docente. Para ser profesor de mates, actividad muy feminizada.

Un estudio del EsadeEcPol lo confirma: a día de hoy, las matemáticas ya están asociadas a profesiones que reciben mayores remuneraciones, más competitivas. Y las mujeres mostramos menor predisposición a competir que los hombres. Teresa Raigada, Directora de Proyectos de EsadeEcPol, nos lo dice: "Esa menor competitividad predeciría la elección de nuestros itinerarios matemáticos".

Marta Macho, Profesora de Matemáticas de la UPV/EHU, tiene una teoría muy similar. "A partir del curso 2004-2005 empezamos a ver aumentar la brecha de género, cuando el grado siempre había sido paritario. Esta carrera siempre ha tenido salidas docentes, y la docencia está muy feminizada. Pero el cambio se debe a que las salidas laborales para los egresados en Matemáticas han cambiado: Hemos pasado de un modelo de contratación español, que contrataba a ingenieros generalistas que sabían de todo, a empresas que copian al modelo norteamericano en el que hay especialistas en todas las materias. Y se necesitan especialistas en matemáticas para hacer modelización, modelos matemáticos para cualquier situación...", detalla.

El estudio EsadeEcPol aporta que la brecha de las matemáticas empieza mucho antes de llegar al mundo laboral. Concretamente, en el colegio. En Educación Primaria las niñas tienen menor autoconfianza y mayor ansiedad hacia ellas. En 4º de Primaria las niñas tienen un 15% menos de probabilidades de considerar las matemáticas su materia preferida que los niños. Y entre un 8 y un 9% menos posibilidades de considerarse buenas en ellas. A los 15 años, las niñas tienen una probabilidad mayor que los niños de sentirse nerviosas o desesperanzadas al resolver problemas matemáticos. Y la autopercepción negativa se relaciona con resultados a la baja.

Volvemos con Claudia. Está de acuerdo en que de pequeños lo escuchamos: "Los números para los chicos, las letras para las chicas. ¡No! Porque hay mujeres matemáticas muy grandes". Y Marta Macho lo ve en sus aulas. Se traduce en una mayor inseguridad en clase. Tiene "alumnas muy buenas que piensan que el compañero de al lado es más listo que ellas, y no es verdad".

El problema de alejarnos de la igualdad en las ocupaciones STEM (de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es que son profesiones que tienden a tener mejores condiciones laborales que el resto. Una brecha salarial menor y menor parcialidad", analiza Teresa Raigada. Y esta es una puerta que debemos tener todos abierta.