Una televisión de plasma, un billete de 20 euros, algunas cajetillas de tabaco y una motosierra: eso fue lo que valió la vida de José Ranchón Ferrera, de 78 años, cuando cinco jóvenes se la arrebataron el 1 de septiembre de 2016.

Corría el rumor en la localidad onubense de El Campillo que el guardés de la finca Calero guardaba algunos miles de euros en los rincones del domicilio, y eso fue lo que llevó a J.A.R., D.L.O.P., H.M.S.M. y A.R.A y un menor de edad a entrar de madrugada en la finca de su víctima.

Por "diversión": ese cree el juzgado que fue el desencadenante del terrible asesinato. José Ranchón Ferrera fue apaleado durante horas al tiempo que mordido por una cobaya azuzada por los cuatro culpables. Después, rociaron su cuerpo con salmuera por si quedaban huellas del delito.

Incluso las cámaras del hospital de Riotinto recogieron como los cinco culpables de asesinato se marchaban con los obsequios que habían robado a la víctima tras torturarla durante al menos tres horas. "Por lo menos nos hemos divertido": esas fueron las palabras que, según uno de los implicados, menor de edad, pronunció otro de ellos al salir de la escena del crimen.

Habían llegado sobre las 4.00 horas llegaron al exterior de la finca. Uno de los encartados tocó a la puerta, y se escondió detrás de ella y, al salir la víctima con un palo de fregona en las manos, J.A.R., le propinó un fuerte puñetazo que lo hizo caer hacia delante, quedando tendido bocabajo e inconsciente. A partir de ese momento, "comenzó un calvario para la víctima, donde fue maltratado, golpeado y torturado para que dijese dónde se encontraba el dinero".

La agonía del hombre duró hasta cerca de las 7.00 horas, cuando tras registrar toda la vivienda, los cinco jóvenes decidieron abandonarla dejando al anciano tirado en la puerta de la casa con un hilo de vida, falleciendo instantes más tarde. Las torturas y los golpes quedaron registrados en el cuerpo sin vida de la víctima, que tenía 44 heridas provocadas por golpes y lesiones incisivas en diversas partes de su cuerpo.

El juicio ha quedado visto para sentencia tras la lectura del veredicto, en el que el jurado ha declarado por unanimidad la culpabilidad de los acusados del delito de asesinato, del delito del robo con fuerza en casa habitada, y del delito de robo con fuerza en establecimiento.