La costa se deteriora
Matalascañas se prepara para lo peor: el mar gana terreno a un paseo hecho trizas y las soluciones no llegan pese a la preocupación de los vecinos
Los detalles Cada temporal deja a los vecinos de Matalascañas con el corazón en un puño, algunos no pueden dormir, los chiringuitos se preparan para lo peor y todos viven con la incertidumbre de si sus casas o negocios resistirán el siguiente golpe del mar.

Resumen IA supervisado
En Matalascañas, la borrasca Claudia ha dejado un panorama desolador, con accesos a la playa casi imposibles y el paseo marítimo dañado. La concejal de Urbanismo de Almonte, María Victoria Cáceres, indica que la ayuda del ministerio no llega, mientras vecinos y comerciantes temen por la seguridad de sus propiedades. Un estudio de la Junta de Andalucía prevé que en 25 años las playas podrían perder hasta 20 metros de ancho, poniendo en riesgo chiringuitos y edificios. Desde WWF, Juanjo Carmona sugiere aportar arena y retraer el paseo marítimo como soluciones.
* Resumen supervisado por periodistas.
Llegar a Matalascañas estos días es encontrarse con un paisaje que asusta: accesos a la playa casi imposibles y el paseo marítimo levantado por la fuerza del mar. La última borrasca, Claudia, dejó nuevas grietas, piedras sueltas y socavones, recordando que la costa onubense está en peligro.
"Le hemos pedido ayuda al ministerio, pero no llega", asegura María Victoria Cáceres, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Almonte. Mientras tanto, vecinos y comerciantes viven con la incertidumbre de no saber si sus casas o negocios resistirán el próximo temporal.
"Al principio se llevó un poquito de arena, luego fue más… y si sigue así, el agua terminará entrando a los bares", comenta un vecino preocupado. Una vecina añade: "Cuando vienen los temporales, como el último, no dormimos nada. El miedo es constante".
No es solo sensación: un estudio de la Junta de Andalucía alerta que en los próximos 25 años las playas podrían perder hasta 20 metros de ancho. Los chiringuitos y edificios más cercanos al mar están en riesgo. Abraham lo sabe bien: perdió su chiringuito hace años y ahora prepara todo para no repetir la misma historia. "Conforme llegan los temporales, la marea sube y nos puede llegar al chiringuito", explica.
Desde WWF, Juanjo Carmona apunta algunas soluciones: "Hay que aportar arena a la playa y retraer el paseo marítimo. Son medidas que podrían permitir seguir disfrutando de este paraíso".
Mientras tanto, el paseo marítimo sigue retrocediendo ante la fuerza del mar, ofreciendo un espectáculo dantesco: grietas, piedras sueltas y socavones que ponen en peligro a cualquiera que se atreva a pasear. Con los temporales de otoño e invierno a la vuelta de la esquina, la tranquilidad actual es solo temporal, y los vecinos esperan que las soluciones no tarden demasiado.
Matalascañas vive un dilema: seguir resistiendo con parches y esperanzas, o encontrar de una vez soluciones que protejan este rincón de la costa de Huelva antes de que el mar se lo lleve todo.
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