"¡Mátala!", "Dale, dale. ¡Como en clase!", "Va, dale ya un tortazo, tío", son algunos de los gritos que jalean los menores implicados en las peleas grabadas en vídeo y que se difunden libremente en la red social Telegram. La Policía Nacional está investigado este canal donde se comparten vídeos violentos entre niños y adolescentes. Las escenas, en las que se aprecia la violencia explícita, muestran golpes, patadas, puñetazos, tirones de pelo... y, en algunos casos, llaves de lucha libre. En la mayor parte de los vídeos, las agresiones son presenciadas por un corro de personas que jalean a los implicados y evitan intervenir para separarlos. Además varios de los vídeos compartidos entre los usuarios están grabados en el interior de centros escolares.

El canal, que se creó hace poco más de un mes, cuenta con más 700 miembros. Y lo problemático de la situación, no es solo el contenido de los vídeos, sino la viralidad con la que estos se propagan. Cualquiera puede acceder a ellos puesto que el grupo está abierto. No requiere ninguna invitación de alguno de los miembros ya suscritos, sino el propio enlace que abre el canal.

En algunos casos se desconocen datos como la fecha o el lugar exacto donde se cometieron estas agresiones; ya que en los vídeos se puede ver a chicos y chicas con ropa de verano, en centros escolares o en la calle, entre otras localizaciones. A muchos de los implicados, incluso, se les reconoce perfectamente; lo que derivaría en la comisión de un delito contra la intimidad y la propia imagen para aquellos que compartan estas escenas. Según el periódico 'Levante', varios padres de los menores implicados en las peleas han reconocido a sus hijos en los vídeos. Pero, por el momento, no han interpuesto ninguna denuncia.

La Policía Nacional trata de determinar además si estas agresiones son premeditadas y si los jóvenes se organizan con antelación para pegarse, grabarlo y posteriormente publicarlo en redes sociales. En varios de los vídeos compartidos, se escucha cómo las personas que participan jalean a los implicados en la pelea y les avisan de que ya están grabando y pueden empezar. También se aprecia, por ejemplo, que algunos de los vídeos han sido grabados en Valencia o están localizados en lugares como el propio Ayuntamiento de la ciudad.

Otra de las problemáticas vías de resolución que plantea este hecho es que la sede jurídica de Telegram se localiza en Rusia, y eso complica la identificación del administrador del grupo y su cierre correspondiente.