Toca coger cuchara y enfrentarse a un peso pesado de la cocina que lleva a nueve cocineros a competir por ver quien lo hace mejor, pero siempre con humildad. Básicos de sus fogones: las fabes. Embutido consistente y un estómago a prueba de bombas para soportarlo.

Hasta aquí todo como en casa, pero si se trata de hacer la mejor fabada del mundo, entran en juego los secretos. Geométricos, en el caso de Adela Besteiro, del restaurante Hortensia (Madrid), su secreto: acunar en círculo la fabada, elegir una a una las fabes y la morcilla.

Primando el producto, en el de Paco Ron, del restaurante Vivélez (Madrid), utiliza los productos más frescos del mercado para hacer su fabada. Y tirando de clásico, en el caso de Luis, del restaurante Bar Plaza de Monforte de Lemos (Lugo), su secreto es mucho tiempo de cocción y sobre todo mucho cariño.

David Fernández-Prada, organizador del concurso 'Mejor Fabada del Mundo', ha explicado que "ganar el concurso supone un 30%  más de ventas en el año". De momento se puede desvelar que el mayor de los secretos, el que le da fama a la indigesta fabada tiene su origen en el pellejo de las alubias.