Unos 350 elefantes han aparecido muertos en el norte de Botswana. Un hecho que científicos británicos han descrito como un "desastre de conservación". Esta se trata, según apunta 'The Guardian', de la segunda muerte masiva de paquidermos. Y es que en el mes de mayo aparecieron 169 cadáveres cerca de pozos de agua.

El doctor Niall McCann, director de conservación benéfica 'National Park Rescue', ha lamentado que es "una muerte masiva, a un nivel que no se había visto en mucho tiempo. Aparte de la sequía, no sé de una muerte masiva tan importante".

Por el momento, el Gobierno de Botswana no ha analizado muestras de los cadáveres, pero las dos causas de muerte que se barajan son el envenenamiento o una enfermedad desconocida. En un principio el ántrax se consideró la causa más probable, pero esta opción ya ha sido descartada.

En este sentido, testigos locales han asegurado que vieron a los elefantes caminando en círculos, lo que podría responder a un desorden neurológico. "Los cadáveres muestran que algunos de los animales se desplomaron, lo que indica que murieron muy rápido", ha explicado al respecto Niall McCann.

El mal estado de algunos elefantes indica que morirán muchos más

Asimismo, apunta 'The Guardian', estos animales continuarán muriendo en las próximas semanas porque algunos de ellos parecen estar débiles y en mal estado de salud. Aunque, según los expertos en conservación, será muy difícil determinar el número exacto de muertes por la dificultad de encontrar algunos cadáveres.

Un posible envenenamiento con cianuro, algo utilizado por los cazadores furtivos, también se ha contemplado, pero los animales carroñeros que se han estado alimentando de los cadáveres no han muerto ni han sufrido síntomas similares. Tampoco consideran probable que hayan fallecido a causa del coronavirus.

A raíz de lo ocurrido, el Gobierno del país africano está siendo muy criticado por no haber tomado todavía muestras de los elefantes y no proteger los cadáveres para evitar que los furtivos se lleven los colmillos.

"Hay una preocupación real respecto a la demora en llevar las muestras a una laboratorio para identificar el problema y tomar medidas para mitigarlo. También se han recibido ofertas de entidades privadas para facilitar las pruebas pero no han sido consideradas", ha señalado Mary Rice, directora ejecutiva de la Agencia de Investigación Ambiental de Londres.