La vida de Marta, de 19 años, no volvió a ser la misma después de tomar, lo que parece, un simple batido. Todo empezó cuando la joven, alérgica al pistacho, al terminar el entrenamiento en un gimnasio de la localidad valenciana Ibi, decidió probar un batido con su amiga. Ella, según denuncian sus padres, no sabía que esa bebida llevaba trazas de frutos secos.

"Ella preguntó qué llevaba y le dijeron que no llevaba nada. Se tomó el batido y enseguida vio que no estaba bien", ha contado María Verdejo, la madre de la joven. Por su parte, el dueño del gimnasio en cuestión, asegura que la chica no le dijo que era alérgica. "En ningún caso preguntaron", asegura Martín Marinov, dueño de Sparta Gym de Ibi.

Cuando llegó al centro de salud, le dieron urbason y la mandaron a casa, y a los pocos minutos tuvo que volver. "Cuando estaba en la sala del centro, empezó a no respirar bien, estaba cada vez más rígida, morada. A mí me echaron de la sala y ella entró en parada", cuenta la madre de Marta entre lágrimas.

Ya en el hospital de Alcoy (Alicante), los sanitarios avisaron a los padres de que la joven se iba a morir: "Nos dijeron que nos hiciéramos a la idea, que teníamos que asumir que Marta se moría". Sus padres, entonces, empezaron una lucha. Consiguieron que la trasladaran a un hospital concertado en Valencia con otro tipo de terapias. "A las 24 horas de estar ahí, consiguieron quitarle el dolor", dice la madre.

Pero tienen fecha de salida, el 19 de abril porque, según denuncian sus progenitores, el hospital de Alcoy no les concierta una prórroga. "Sé que está progresando... Yo creo que la vida de mi hija no vale 10.000 euros ni un millón. No tiene precio", señala María. Desde la Consejería de Sanidad valenciana no quieren dar detalles, pero apuntan a que Marta ha recibido toda la atención que ha necesitado.

Por su parte, los expertos advierten: "Hay unas proteínas que con una mínima cantidad tienen reacciones muy graves", explica Laura Argiz, especialista en Alergología de la Clínica de la Universidad de Navarra.

"Te entiende todo lo que le dices", dice la madre sobre su hija en estado vegetativo, una chica de tan solo 19 años que lucha cada día por seguir adelante.