Recoger los pellets en las playas gallegas ha sido misión casi imposible. La lluvia ha caído con fuerza y los ha enterrado en la arena. "Ahora es de uno en uno. El recogedor de ayer casi que no funciona mucho y hay que ir con la mano", explica un voluntario.
"Hoy es más laborioso", sostiene otra. Guantes, escobas y recogedores sirven de ayuda a los cientos de voluntarios, a los que no los ha detenido ni el mal tiempo.
Con indignación y tristeza colaboran para salvar sus costas. "Una y otra vez contándolo y la gente hace su vida como si nada", lamenta con lágrimas una vecina. "En la medida que se puede estamos paliando el impacto", expresa otro.
En la playa de Orzán, A Coruña, se han sumado más de 300 personas. La imagen se repite en Noia, donde cincuenta voluntarios intentan que el vertido no se extienda.
Según datos de la Xunta, este fin de semana hay un operativo de 300 personas trabajando en 54 playas, 2 helicópteros, 5 buques y 7 embarcaciones están en marca localizando sacos en el mar. Hasta ahora han recogido 80. Ya son 1500 kilos recogidos partícula a partícula.