Los técnicos han extraído diversos datos de las cajas negras pertenecientes al tren accidentado en Santiago de Compostela. A partir de estos datos se confirma que el tren viajaba a 192 km/h en el momento del descarrilamiento. La caja negra también ha desvelado que antes del descarrilamiento se activó el freno y que, en el momento de salirse de la vía, el convoy viajaba a 152 km/h. Respecto a las conversaciones en cabina, la caja negra recoge que el maquinista tuvo una convesación telefónica con un controlador de renfe momentos antes del accidente.