Ya son seis días de total destrucción. El domingo, después de varios avisos, el volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, comenzó a erupcionar y desató una ola de destrucción a su paso. Una ola de destrucción que sigue un camino, cada vez más lento, hacia la costa, lo que podría ser aún más desastroso.

El temor a los gases que se generarán cuando el magma toque el mares similar al daño que puede hacer si no lo hace, pues entonces la lava se extenderá sobre más territorio de esta isla canaria.

La erupción en La Palma ha afectado a 428 viviendas (390 totalmente destruidas y 38 dañadas), además de 14 kilómetros de carreteras. Más de 200 hectáreas de la isla afectadas. Estas son las cifras que se desprenden de los datos recopilados por el programa Copernicus de la Unión Europea, que sigue, día a día y a través del satélite, el daño que está dejando la lava a su paso.

La agencia Europa Press ha elaborado, a partir de estos datos públicos, este mapa interactivo que permite observar el trazado de las coladas de lava del volcán. Además, y lo que es aún más doloroso, muestra los edificios afectados por el magma: cada punto rojo es uno de ellos, y son muchos.

Hay casas, bares, tiendas, hoteles... vidas enteras dedicadas a hogares que ahora están bajo las cenizas expulsadas por un volcán que sigue su camino hacia el mar mientras expulsa cenizas y gases tóxicos.