Dentro de un furgón y custodiado por la Ertzaintza. Asi ha entrado Juan Carlos Aguilar a los juzgados de Bilbao para su primer cara a cara ante el juez. Una declaración que ha durado todo el día. Desde allí ha salido directo a la prisión de Basauri.

Mientras se encontraba frente al juez, la muerte de una segunda vícitma caía sobre su espalda. Se trata de la nigeriana Ada Ortuya que ha fallecido en el hospital tras estar en coma desde el pasado domingo.

La Fiscalía ha pedido prisión provisional, y ha declarado que, aunque el presunto asesino alegue enagenación mental, su vida entre rejas se cuenta en décadas. Y eso antes de que se conociera la muerte de la nigeriana.

Amigos, familiares, conocidos y hasta políticos se han concentrado para denunciar el atroz suceso. Pocos minutos despúes conocían la noticia del fallecimiento. Hoy no han continuado las labores de búsqueda de restos óseos en la ría de Bilbao. Ahora el futuro del que se presentaba como el primer maestro shaolín occidental, está en manos del juez.