Poco a poco las aves empiezan a llegar a las ciudades, una clara señal de que se acerca la primavera. Su presencia es imprescindible, ya que acaba con plagas de insectos y mejora y conserva la biodiversidad.

Por eso, en Madrid se han instalado más de 1.000 cajas en los árboles para ayudar a diferentes especies a nidificar, como los garrapinos o los gorriones molineros.

"Son aves que normalmente anidaban en espacios y oquedades de edificios o árboles. Pero, como cada vez quedan menos, se intenta favorecer un poco su estabilización en estos ecosistemas urbanos", ha destacado Belén Prieto, técnica municipal de las zonas verdes de Madrid.

También se están colocando cajas especiales para murciélagos. "Tienen rugosidades para que puedan agarrarse con sus patas", ha explicado Prieto.

Estos nidos van marcados para poder realizar un seguimiento de la situación de las aves y tener un control de cada caja.