En 2018 respiramos menos aire contaminado, según datos del último informe del Ministerio para la Transición Ecológica. Sin embargo, se trata de una leve mejoría que no impide que siga habiendo cuatros puntos negros en el mapa de la polución en nuestro país.

Uno de ellos, la ciudad de Madrid: suspenso absoluto en calidad del aire. Superó todos los límites legales de dióxido de nitrógeno fijados por la Unión Europea.

Adrián Fernández, de Greenpeace, advierte: "Seguimos respirando un aire por encima de los niveles que se consideran admisibles". Eso en 2018, pero, según el ministerio, los datos de abril, mayo y junio de 2019 dibujan otro escenario.

21 de las 24 estaciones de medición registraron descensos de dióxido de nitrógeno. Algunas cayeron incluso a la mitad, como el caso de la de Plaza del Carmen, dentro de Madrid Central. Esto, según indica Fernández, es un ejemplo de que "Madrid Central funciona con las multas".

Tirón de orejas también para el aire sucio del Corredor del Henares, el área metropolitana de Barcelona y la de Granada. En esta última ciudad, tal y como explica Juan Raya, portavoz de Ecologistas en Acción, la contaminación es sobre todo por el tráfico: "No tenemos industria, ahora en verano no hay calderas, el 100% es por el tráfico".

Otro punto muy contaminado es Villanueva del Arzobispo, en Jaén. Su particular orografía, el uso de calderas de combustión y de biocombustibles sitúan a este pueblo de a la cabeza en emisión de partículas en suspensión, muy nocivas para la salud.