Sin duda el caso de La Manada le ha hecho revivirlo todo. La joven fue golpeada y estrangulada por Yllanes el 7 de julio de 2008 en un piso en Pamplona y trasladada después a la localidad de Orondritz, donde se encontró el cuerpo al que le había cortado un dedo para evitar la toma de huellas dactilares y con ello su identificación.

La madre de la fallecida Nagore Laffage se encuentra "encantada" con la ciudadanía de Pamplona, donde su hija estudiaba Enfermería en la Clínica Universidad de Navarra, el mismo centro en que hacía el MIR de Psiquiatría quien la mató, e igualmente "arropada" en Irun (Gipuzkoa), donde reside la familia, sin embargo, Casasola comenta que la "injusticia que hubo con Nagore fue tan grande, tan grande, que pensaba que ahora las cosas serían distintas".

Critica así a un jurado que no vio un asesinato en el crimen de su hija, sino un homicidio, lo que hizo que su autor fuera condenado a 12 años y medio de cárcel, aunque ya está en régimen de semilibertad, y ahora La Manada, dice,"me ha revuelto otra vez todo".

"No entiendo qué ha pasado en este juicio, no entiendo cómo cada juez puede opinar de una manera ante los mismos hechos", se lamenta, y subraya que su hija "se enfrentó porque conocía" a su agresor y éste la mató, mientras que la joven madrileña víctima de La Manada no lo hizo porque eran cinco desconocidos y en ese caso "cualquier mujer" decide que "se deja con tal de que no le maten".

Así que para Asun Casasola está claro: "Si has asesinado, has asesinado, y si has violado, has violado, luego los años serán los que sean, pero hay que ser valiente". Se muestra por eso convencida de que las leyes "se tendrán que cambiar" y cree que ya es momento de "sentarse para hablar y empezar" esa tarea, porque en caso contrario, "si las mujeres no se sienten protegidas, no van a denunciar".

"Manadas ha tenido que haber antes pero no se han denunciado por miedo, porque no se les iba a creer, y ahora es cuando empiezan a hacerlo", comenta, pero avisa que para conseguir que las mujeres mantengan esta actitud se necesitan unas leyes que les hagan "sentirse seguras". Asun Casasola ve por eso "muy positivo" que la gente salga a la calle a plantar cara a los agresores y a criticar las resoluciones judiciales, y piensa que todavía "tendrían que salir más" porque "es muy importante que el pueblo se levante".

Con tratamiento psicológico todavía y "nueve pastillas diarias", a la madre de Nagore Laffage le reconfortan estas movilizaciones y los actos en memoria de su hija, a la que cada día echa "más en falta". El último se celebró el pasado día 2 en Pamplona, una ciudad que hace diez años no tuvo una reacción tan multitudinaria como la habida ahora con la víctima de La Manada pero que sí ha acompañado a Asun Casasola a lo largo de todo este tiempo, como Irún, donde este año ha sido la pregonera de las fiestas.

Además cuenta agradecida que ha sentido también el cariño y apoyo de otras personas y otros lugares, como los colectivos feministas Andrea y Lunes lilas, la directora de cine Helena Taberna que rodó un documental sobre su hija, certámenes de relatos breves, incluso en Venezuela, en los que Nagore ha sido la protagonista, o los muchos colegios que le llaman para que hable con los estudiantes.

"A las mujeres se nos sigue cuestionando", o "no puede haber jurado popular en estos temas" son algunas de las declaraciones con las que ha finalizado su entrevista Asun Casasola.