"Basta de rebajar las penas a los violadores: agredir borracho no es un atenuante", dice Asun Casasola en 'change.org', donde en dos días ha reunido ya más de 150.000 firmas de apoyo. Su objetivo es trasladar al Congreso todas las adhesiones que sume para modificar el Código Penal y con ello evitar que, de nuevo, en una sentencia, se pueda considerar, como en el caso de Nagore, que la embriaguez es un atenuante.
En aquella ocasión se estableció que el alcohol "afectaba de una forma leve" a las "facultades intelectuales y de la voluntad" del acusado, que Asun Casasola recuerda que golpeó "36 veces" a su hija de 20 años, "una y otra vez hasta matarla".
"No me importa cuántas copas se hubiera bebido el asesino de mi hija antes de intentar violarla y asesinarla, sino el crimen que cometió", afirma en 'change.org' la madre de Nagore Laffage, y añade que quiere un cambio legal por ella y por las otras víctimas. Se trata, dice, de que "aquello no vuelva a repetirse", de "hacer justicia en un sistema en el que las mujeres seguimos siendo violadas".
Primera declaración ante el juez
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El contexto Decenas de menores han recibido palizas por parte de jóvenes violentos de su misma edad que les obligan a ponerse de rodillas y recibir todo tipo de humillaciones.