Fátima Hacine-Bacha García, la madre del menor de 17 años fallecido tras sufrir una paliza propinada por varios jóvenes en San Sebastián, ha lanzado un mensaje contra el "odio" y ha pedido que no se culpabilice a los inmigrantes.

La madre del menor ha transmitido un llamamiento, en declaraciones a 'ETB', en favor de la convivencia, como respuesta a los numerosos mensajes difundidos, sobre todo a través de las redes sociales, en los que se subraya el origen de los siete detenidos por este caso, tres jóvenes rumanos, dos magrebíes y dos españoles. Hacine-Bacha es hija de padre argelino y madre vasca, por lo que, explica, su familia "tiene muchos valores de distintas culturas".

"Santi es un chaval amoroso, muy social, le ha tocado esta parte y no queremos meternos ahí (en alusión a los mensajes de odio) porque además no sirve", ha agregado la madre del fallecido. "Estamos un poco en desacuerdo de que haya esta idea de odio, de culpabilizar a personas que igual no tienen tantos recursos como los que tenemos aquí", ha abundado la madre, que ha dicho hablar también en nombre del padre del menor.

Fátima Hacine-Bacha cree que la muerte de su hijo y "el impacto social" que está teniendo puede ayudar a "despertar a todos" y a "reflexionar" sobre cómo actuar ante la violencia desatada por jóvenes como los agresores que han matado a Santi.

"Hay que buscar soluciones, a nivel político, reales, para que no sean agresores que entren y salgan (de prisión) y para que haya una reinserción social sana", ha concluido.

El menor murió el domingo como consecuencia de las gravísimas heridas infligidas por varios jóvenes que le agredieron en el transcurso de una pelea registrada minutos antes de las 5.00 de la madrugada del viernes 26 de abril en el exterior de una conocida discoteca de San Sebastián. En la agresión resultaron heridos leves también otros dos jóvenes, un amigo y un hermano de la víctima.

Tras la agresión, la Ertzaintza detuvo a siete jóvenes de entre 18 y 25 años, tres de ellos de nacionalidad rumana, dos españoles y otros dos de origen magrebí, la mayoría de ellos residente en Irun (Gipuzkoa).

Los siete detenidos han pasado a disposición del juzgado que investiga el caso, tras haber permanecido en la comisaría de la Policía Autonómica de San Sebastián desde los hechos, acusados de un delito de lesiones graves, tipo penal que podría modificarse en las últimas horas tras conocerse el fallecimiento del menor.