Carly Ann Harris testificó que había asesinado a su hija porque ella misma es "un ángel elegido por dios" y tenía que ofrecer a su hija para demostrar al resto de los ángeles su fe. Richard Jones, patólogo de Home Office, concluyó que la niña había sido ahogada en la bañera y, posteriormente, calcinada.

Los psiquiatras que analizaron el caso diagnosticaron a Harris con esquizofrenia paranoide debido a una infección del tracto urinario que había sufrido en 2014, según 'The Sun'. La mujer negó haber asesinado a su hija Amelia Brooke en un primer momento, pero el hermano de la niña encontró su cuerpo carbonizado envuelto en una sábana y sobre una mesa que la familia tenía en el jardín.

El adolescente gritó de pavor y los vecinos salieron a ver que ocurría. En ese momento, una de las vecinas encontró a la madre de la menor, que se dirigió a ella: "Dios estará con ella, los ángeles se la han llevado".

Uno de los hijos de la acusada manifestó ante el juez que había visto extraña a su madre durante las seis últimas semanas antes del crimen. Los expertos descubrieron que Harris había tomado anfetaminas antes del asesinato, pero alegaron que la psicosis no había sido producida por las drogas.

El juez ha concluido, teniendo en cuenta la valoración del trastorno de salud metal que le incitó a cometer los hechos, que la mujer será absuelta, aunque deberá trasladarse a una clínica de salud mental cerca su domicilio.