Diego es celíaco y tiene que ser muy estricto en su alimentación. "No puede tomar glúten, es veneno para él", afirma Rosa Oviaño, su madre. Cada vez que la familia de Diego hace la compra tiene que mirar mucho cada producto. La diferencia entre los que tienen gluten y los que no es muy elevada. "Si un celíaco consume al día unos 100 gramos de pan, al año son, solamente en productos básicos como la harina, 600€ más", asegura Rosa.

Son precios desorbitados si comparamos unos productos con otros. Por ejemplo, el pan tostado con gluten cuesta 3'12€/kg frente a los 16'87€/kg del mismo pan pero singluten. Una diferencia de más de 13€. Ocurre lo mismo con las croquetas. De los 2'78€/kg que cuestan con gluten a los más de 12€/kg cuando no lo llevan. Una diferencia de casi 10€. Así, al mes, una familia con celíacos en casa gastaría unos 122€ más al mes, es decir, casi 1.500€ más al año.

"Es una barbaridad. Si alguien puede comprar 24 magdalenas normales a 1,20 o 2 euros, en cambio yo me gasto casi 4 euros por seis", afirma María Dolores, su marido y su hijo también sufren esta enfermedad, por lo que también es víctima de los elevados precios de los alimentos sin glúten.

Así, reclaman que este gasto excesivo forme parte del gasto sanitario puesto que "la dieta sin gluten no es un capricho, es una necesidad médica. Y, como tal, requiere ayuda desde el punto de vista sanitario", asegura Juan Ignacio Serrano, Doctor en Biología de la Asociación Celíacos y Sensibles al Glúten. Sólo así, aseguran, tendrían una vida más saludable y controlada, y se evitaría un gasto sanitario derivado de una mala alimentación por no poder hacer frente a costes tan elevados.