Hoy, las mujeres de todo el mundo toman la calle. Las que pueden hacerlo por las que no, las que lo hacen pese a tener una sociedad férreamente patriarcal en contra, las que aun pudiendo disfrutar de una sociedad igualitaria sufren la opresión de saberse en minoría.
"Cada 8M debemos salir por todas las mujeres víctimas de la violencia machista, por todas las que han sido asesinadas por hombres. Y por las invisibles, como las víctimas de la trata y de la prostitución", resume Mabel Lozano.
Directora de cine social, escritora, autora de 'El proxeneta' y con un documental que se estrena este 8 de marzo, 'Biografía del cadáver de una mujer'.
- ¿Para ti, qué es ser feminista?
La libertad. A mi vida llegó el feminismo de pequeña gracias a Mary Poppins y a esas mujeres que cantaban por el derecho al voto. Aunque, al analizar la película con el tiempo, descubrí que tampoco pedían el voto para todas y que ahora el feminismo es más inclusivo y transversal.
- ¿Hay varios tipos de feminismo?
No. Solo uno que abarca muchos. Creo que el debate es fundamental, pero que a veces lo que falta es información y no por ello hace falta dividirse. Además, el feminismo se ha democratizado. Antes lo representaban mujeres ilustradas, metidas en despachos universitarios... Y ahora también lo componen aquellas amas de casa y mujeres de clase trabajadora que hicieron posible que el resto pudiésemos elegir nuestro camino y ocupásemos sitios visibles y de poder.
- ¿Y los hombres, qué puesto ocupan en esta revolución?
El de aliados, tan comprometidos como lo estamos nosotras. No hablamos de cambiar las tornas, sino de igualdad, de hacerles ver que muchas mujeres perdemos cada día nuestros derechos, que somos violadas, vendidas, coaccionadas...
- ¿Nos queda mucho por hacer?
Muchísimo, desde coger de la mano a las que todavía viven a años luz de nosotras, en países latinoamericanos, por ejemplo, hasta cobrar los mismos sueldos o incluso llegar sola y borracha a casa, sin que en el camino ningún hombre crea que por eso tiene derecho a violarnos. Y en ese sentido creo que la nueva ley del Ministerio de Igualdad es ejemplar. Pero que también se ha perdido una oportunidad perfecta para abordar la explotación sexual y la prostitución. Se ha perdido la baza del abolicionismo.
- ¿Y sobre nuestros referentes, crees que tenemos suficientes mujeres a las que poder seguir?
Por supuesto. Yo he nombrado a tres mujeres que son líderes. Como lo es la filósofa Amelia Valcárcel, una de las grandes feministas de este siglo; o Flor de Torres Porras, fiscal delegada de Violencia sobre la Mujer en Andalucía; o la propia Rocío Mora, directora de APRAMP, la asociación que trabaja para la prevención, reinserción y atención a la mujer prostituida. Todas ellas son referentes fundamentales, guías a las que seguir en un camino que debemos andar todas a una.