Sonia fue esclavizada y humillada, además la forzaron a mantener relaciones sexuales con 25 hombres en una sola noche hasta que un día dijo basta. “Salí después de una gran paliza que me dio un varón prostituyente por que dije no”.

Ella pertenece la dramática estadística de los 4 millones de mujeres y niñas en el mundo que, según Naciones Unidas, están atrapadas en redes de explotación sexual. En España 45.000 son víctimas de la trata. Una situación que, según denuncian, se agrava por las ineficaces políticas públicas. Por eso, lo primero es asociar prostitución con la violencia y no con el trabajo.

Muchos son los que fijan su mirada en Suecia. Allí, las políticas públicas para disuadir la demanda como multar a los clientes han sido eficaces.

Otro ejemplo es Francia, que penaliza al que compra los servicios sexuales con multas que van desde los 1.600 a los 3.600 euros. Se trata de unas penas que pueden llevarles a la cárcel si se trata de menores de edad.

Sonia advierte de que “sin putas no va a haber prostitución, y sin prostitución no va a haber tráfico de personas con fines de explotación sexual”.

Otros países como Holanda o Alemania han optado por legalizar la prostitución y el resultado ha sido negativo ya que a día de hoy tienen más casos de trata de personas.