Marc tiene tres años y una lesión en el cerebro desde antes de nacer que le impide hablar y que le dejó medio cuerpo paralizado. Necesita ciudados constantemente, seis horas de rehabilitación diaria y un costoso tratamiento que está logrando resultados impensables. "Para nosotros todo es un logro. Que haya movido la mano, que esté andando... para nosotros todos los días cuenta", explica la madre de Marc.

Pero los padres de Marc han agotado sus ahorros, y el tiempo juega en contra de la recuperación de Marc. "Tiene cuatro años, nos quedan dos años de esa neuroplasticidad que nos permite desarrollar su cerebro", apunta el padre del niño. Gracias al boca-oreja han conseguido una fuente extra de ingresos, han recogido miles de tapones. Un gran esfuerzo de todos por el que obtendrán unos 800 euros.