"No a la mina". Es el grito de toda una comarca del nordeste segoviano en pie de guerra para evitar que lo que hoy son tierras de cultivo se conviertan en una mina a cielo abierto. Marisa Moro, de la plataforma ciudadana que rechaza el proyecto, explica a laSexta que esta explotación se destinaría a "extraer cuarzo mineral que van a llevarse a Noruega y a otros países fuera de la comunidad europea". "No se queda nada en España", incide.

El proyecto afectaría a seis municipios -Barbolla, Sotillo, Castillejo, Cerezo de Arriba, Cerezo de Abajo y Duruelo- y la mina, denuncian los vecinos, se acercaría a apenas 40 metros de sus casas. Pueblos cuyos habitantes ahora se han manifestado juntos contrala mina, tras cerca de un mes recogiendo firmas para presentar alegaciones al proyecto.

Bernardino Tanarro, vecino de Cerezo de Arriba, denuncia que se enteraron "porque alguien vio el proyecto en el Boletín Oficial de la Junta de Castilla y León". "Ni siquiera los alcaldes fueron informados", reprocha. "Nos echan y encima nos pagan dos pesetas, es algo lamentable", se queja por su parte Jesús San Juan, agricultor y ganadero.

"¿Dónde llevo yo mis vacas ahora a pastar?", se pregunta a su vez una ganadera. "Queremos seguir viviendo en nuestros pueblos, tranquilos, respirando aire puro", reivindica otra manifestante.

De momento es solo una propuesta, pero de ver la luz la mina abarcaría una superficie de más de 2.700 hectáreas de las que al menos 1.600 serán explotables. "Un equivalente a 2.000 campos de fútbol", ilustra Bernardino, mientras Marisa Moro advierte sobre las consecuencias: "Los agricultores no pueden cultivar y los ganaderos se tienen que llevar a su ganado. Perdemos gente, perdemos riqueza", resume.

En este sentido, los ecologistas avisan de que, pese a lo que diga la empresa explotadora de la mina, el terreno quedaría muy dañado: "Llevarse ese manto que la cubre, ese manto vivo, significaría su muerte y, por lo tanto, la nuestra", alerta María José Gallego, de Ecologistas en Acción. "Nuestras explotaciones agrícolas y ganaderas no van a volver a ser lo mismo, por mucho que nos digan", coincide San Juan, miembro de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL).

Una situación ante la que los vecinos advierten de que volverán a levantar su protesta las veces que haga falta.