Echar unas partidas de más puede ser un problema. A partir de este año, la adicción a los videojuegos se considera ya una enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud.

"Tienen un poder premiante que nos da satisfacción cuando superamos determinadas pruebas y nos genera frustración o ganas de superar ese reto cuando no lo conseguimos", explica Abel Domínguez, director de Domínguez Psicólogos.

Podemos volvernos adictos a estos juegos y que dejemos de lado otras áreas importantes de nuestra vida: "Va a estar intentado terminar todas las tareas pronto y estar obsesionado en cómo llegar a ese momento en que juegue", recalca Abel.

Pero no tienen porqué ser siempre perjudiciales, lo importante es usarlos de forma controlada y con un límite de tiempo. Los videojuegos educativos son una forma de hacer más atractivos los estudios a los jóvenes.

"Con los nuevos avances en neuropsicología se entiende que cuando tú trabajas con un material que a los alumnos les gusta, hay más posibilidad de que se lleven a cabo mejores aprendizajes", comenta Alejandro Gañán, autor del videojuego 'Aislados' y psicólogo de la asociación SIAD.

Uno de ellos es 'Aislados', que previene la drogodependencia entre adolescentes: "Se trata de hacer adolescentes y personas con las habilidades suficientes para poder tomar decisiones adaptativas y saludables", explica Gañán.

Introduce una serie de conceptos a los jóvenes que luego los profesores profundizan con ellos en el aula: "Si el jugador lo soluciona todo de una manera especialmente agresiva o propone soluciones agresivas, pues la puntuación lógicamente serán menores", profundiza el autor del juego.

Hacer un uso adecuado de los videojuegos es importante, porque pueden tener consecuencias mentales y promover el sedentarismo.