Vecinos de Totalán y visitantes esperan que el pequeño Julen esté con vida. Todos dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Algunos se agarran a una bolsa de oxígeno, otros a que sólo tenga heridas de la caída y otros consideran que el terreno es poroso y puede pasar el aire.

Son muchos los argumentos que se usan para lanzar los mejores deseos mientras avanza la operación de rescate. "Tengo fe en que aparezca vivo", sostiene un vecino. "Tenemos esperanza en que el niño pueda estar lastimado, pero vivo", añade una vecina.