La Aljorra, en el Campo de Cartagena, es un lugar tan tranquilo y silencioso que sería apetecible sino fuera porque sus vecinos sufren el triple de cáncer de lo normal.

"Aquí se han muerto ya unos cuantos", asegura uno de los vecinos. El estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital de La Arrixaca pone en alerta a los lugareños. "Preocupados estamos, hasta por nosotros mismos".

José Antonio Zapara, un vecino de La Aljorra que padece cáncer testicular, enseña su certificado médico. Asegura que está "posiblemente afectado por la contaminación".

En la Aljorra viven 5.000 personas, quien más o quien menos tiene un vecino que ha sufrido o sufre cáncer. Todos ponen su mirada en la petroquímica Sabic.

Sabic y Energy Works llevan años quemando sustancias peligrosas, pero las empresas lo hacen dentro de la legalidad. "Yo estoy convencido de que la contaminación viene de ahí porque no es normal tantos casos", dice José Antonio, vecino afectado.

Mari Carmen Martínez, otra vecina de La Aljorra, ve desde su casa las petroquímicas a pleno rendimiento: "Huele a amoniaco, azufre, un olor peculiar". Su madre murió de cáncer de útero y asegura que "cuanto más cerca de la empresa, más cáncer hay".

El primero en darse cuenta de la relación fue Ireno Fernández, el médico de la zona. Lleva 30 años ejerciendo y ha pasado de uno o dos casos anuales, a cuatro o cinco.

Piden a Medio Ambiente una alternativa a la quema de residuos peligrosos para que el cáncer no lo impregne todo.